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Edad Moderna

El acontecimiento que dominó la medicina del siglo XVII y marcó el inicio de una nueva era en la ciencia médica fue el descubrimiento de la circulación de la sangre por el médico y anatomista inglés William Harvey. En 1553, Miguel Servet había descrito la circulación pulmonar de la sangre. El Ensayo anatómico sobre el movimiento del corazón y la sangre en los animales (1628) de Harvey, estableció el hecho de que el bombeo del corazón ponía la sangre en continua circulación. El anatomista italiano Marcello Malpighi prosiguió el trabajo de Harvey con su descubrimiento de los capilares y el anatomista italiano Gaspar Aselli realizó la primera descripción correcta de los vasos linfáticos .En Inglaterra, el médico Thomas Willis investigó la anatomía del cerebro y del sistema nervioso, y fue el primero en identificar la diabetes mellitus. El médico inglés Francis Glisson fijó los fundamentos para el conocimiento moderno de la anatomía del hígado, describió el raquitismo (también denominada enfermedad de Glisson) y fue el primero en demostrar la contracción muscular ocasionada por el ejercicio.

 

 

El médico inglés Richard Lower realizó un trabajo fundamental sobre la anatomía del corazón, demostró el intercambio de los gases en la sangre, y realizó con éxito una de las primeras transfusiones de sangre. Su trabajo se añadió al de otros miembros del denominado grupo de Oxford, junto con los fisiólogos ingleses Robert Boyle y Robert Hooke, pioneros en la fisiología de la respiración.

 

El matemático y filósofo francés René Descartes también realizó disecciones anatómicas e investigó sobre la anatomía del ojo y el mecanismo de la visión; explicaba el funcionamiento del organismo mediante mecanismos de tipo físico. Esta opinión fue compartida por los llamados iatromédicos, cuyos puntos de vista se oponían a los iatroquímicos: estos últimos entendían la vida como una serie de procesos químicos. Los exponentes de la primera teoría fueron los italianos Sanctorius, médico que investigó el metabolismo, y el matemático y físico Giovanni Alfonso Borelli, quien trabajó en el campo de la fisiología. Jan Baptista van Helmont, médico y químico flamenco, fundó la escuela iatroquímica y su trabajo lo continuó el anatomista prusiano Francisco Silvio, quien estudió la química de la digestión e insistió en el tratamiento farmacológico de la enfermedad.

 

El médico inglés Thomas Sydenham, llamado el Hipócrates inglés y, más tarde, el médico holandés Hermann Boerhaave establecieron la importancia de la enseñanza práctica. Instruían a sus alumnos durante las visitas a los enfermos, haciendo hincapié en el enfoque clínico de la medicina. Sydenham llevó a cabo extensos estudios sobre la malaria y los mecanismos de propagación de las epidemias y fue el primero en diferenciar la escarlatina del sarampión. La introducción en Europa hacia 1632 de lo que después se conocería por quinina, obtenida de la corteza del quino, fue otro de los acontecimientos de esta época en el progreso terapéutico.       

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